SIRIA
Su estudio resulta muy interesante por la multidimensionalidad que supone su caso, al poder ser estudiado desde diferentes niveles
Su valor geopolítico ha hecho que esta región sea muy deseada, con más de 30 civilizaciones en sus 16.000 años de historia
La localización que presenta la República Árabe de Siria la convierten en el caldo de cultivo perfecto para la sucesión de guerras e intentos de conquista, tal y como ha ocurrido desde los asentamientos de los primeros pueblos mesopotámicos. Se encuentra en el corazón del Medio Oriente; limita con Turquía al norte, Irak al este, Jordania al sur y el Líbano, Israel y el Mar Mediterráneo al oeste. Se trata del punto de conexión de tres continentes: África, Asia y Europa.
Importante mención también al valor económico y geopolítico de este país, ya que almacena la reserva de gas natural más importante del mundo, además de ser uno de los puntos clave en las rutas de comercio entre Asia y Europa. De tal modo, los Estados exportadores de petróleo y gas, particularmente Irán y Qatar, han intentado construir un gasoducto que atraviese Siria para disminuir los costos y aumentar los volúmenes exportados.
Las numerosas civilizaciones que han habitado estas tierras a lo largo de la historia la han convertido en un semillero de razas y religiones, de ahí su variedad étnico-religiosa. Según los últimos datos del Banco Mundial (2018), la población siria contaba con 16.906.283 habitantes, en contraste con los 18 millones y medio que la habitaban en 2016 aproximadamente. Esta población está compuesta por un 90% de árabes y un 10% que incluye a armenios y kurdos. En cuanto a identificación religiosa, aproximadamente un 87% de la población es musulmana, un 10% cristiana y un 3% está conformado por minorías religiosas. Asimismo, el Islam se bifurca entre la rama mayoritaria sunita (74% del total de la población) y la chiita (13%). A esta minoría pertenece la familia del actual presidente sirio, Bashar Al-Assad, que es la que controla el poder del país desde 1970.
¿QUÉ DIFERENCIA A LOS CHIITAS DE LOS SUNITAS?
Los chiíes defienden estrictamente que solo un descendiente directo del profeta podía asumir su cargo, que en este caso, correspondería a su sobrino y yerno Ali;
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(Este separatismo erradica en las interpretaciones a las escrituras sagradas del Corán. La cuestión es quién debía ser el sucesor único de Mahoma).
Los sunitas, cuyo nombre deriva de la expresión “Ahl al-Sunna”: gente de tradición, consideran a Mahoma como el profeta definitivo, además de venerar a todos los demás que vienen mencionados en el Corán.